Cuando observamos un frasco de medicamento líquido, es común notar que la mayoría tienen un color ámbar o café oscuro. Aunque muchos lo asocian con una simple elección estética o con una norma industrial, la verdad es que ese color tiene una función esencial para proteger la calidad y eficacia del medicamento.
El papel del color en los frascos de medicamentos
El color café no es casualidad. Los frascos farmacéuticos están diseñados con materiales y tonalidades específicas para preservar los componentes activos de los medicamentos, que pueden ser sensibles a la luz, al calor o a la oxidación.
La tonalidad ámbar actúa como una barrera protectora contra la luz ultravioleta (UV), la cual puede alterar la estructura química de muchos fármacos. Cuando esto ocurre, el medicamento puede perder su efectividad o incluso transformarse en una sustancia potencialmente irritante o inestable.
¿Por qué se usa el color café y no otro?
El color café oscuro o ámbar es uno de los más eficientes para bloquear la luz ultravioleta, sin impedir que el contenido sea visible para controlar su nivel o textura. A diferencia de los envases transparentes, este color reduce entre un 90% y 98% la exposición a los rayos UV, lo que lo convierte en el estándar en la industria farmacéutica y en el envasado de productos fotosensibles como vitaminas, jarabes o aceites naturales.
Qué otros colores se utilizan y su significado
Aunque el color café es el más común, existen otros tonos que se utilizan con fines específicos:
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Verde: también filtra parte de la luz, aunque en menor medida que el ámbar. Suele emplearse en soluciones oftálmicas o productos naturales.
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Azul cobalto: protege de los rayos UV pero deja pasar más luz visible, por lo que se usa principalmente en cosmética o suplementos alimenticios.
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Transparente: se reserva para productos estables a la luz o para aquellos que requieren una observación visual constante del contenido.
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Qué pasa si un medicamento se expone a la luz
Cuando un medicamento sensible se almacena en un frasco transparente o se deja expuesto a la luz solar directa, puede degradarse rápidamente. Esto afecta su composición química y reduce su vida útil. En algunos casos, puede alterar el color, el olor o la viscosidad del producto, señales de que ha perdido sus propiedades originales.
Por eso, además del color del envase, los laboratorios recomiendan siempre mantener los medicamentos en lugares frescos, secos y protegidos de la luz.
Una elección que garantiza seguridad y eficacia
El uso de frascos color café es, en definitiva, una medida preventiva de calidad. No se trata solo de una preferencia visual, sino de un componente técnico que forma parte de la conservación del medicamento desde el laboratorio hasta el hogar del paciente.
Es así como podemos decir que los frascos de color café cumplen una función vital en la seguridad farmacéutica: proteger los medicamentos de la luz y preservar su efectividad por más tiempo. Así, cada vez que abras un frasco ámbar, recuerda que detrás de ese color hay ciencia, control y una razón de salud.
