Dormir es una necesidad biológica esencial, pero la forma en que lo hacemos también influye en nuestra salud física y emocional. Una pregunta frecuente es si dormir abrazado a la pareja o a otra persona es beneficioso o si, por el contrario, puede afectar la calidad del descanso.
La respuesta depende de diversos factores, entre ellos la postura, el nivel de comodidad y el estado emocional de cada individuo.
Dormir abrazado: beneficios emocionales y fisiológicos
Abrazar mientras dormimos no solo es un gesto de afecto, sino también una práctica con efectos positivos comprobados por la ciencia.
Diversos estudios han demostrado que el contacto físico durante el sueño estimula la producción de oxitocina, conocida como “la hormona del amor”. Esta sustancia ayuda a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y fortalecer el vínculo afectivo entre las personas.
Entre los principales beneficios de dormir abrazado se destacan:
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Reducción del estrés y la ansiedad: el contacto físico constante genera una sensación de calma y seguridad, disminuyendo los niveles de cortisol (hormona del estrés).
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Mejora del sistema inmunológico: la oxitocina contribuye a equilibrar las respuestas del sistema nervioso, lo que puede reforzar las defensas naturales del cuerpo.
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Fortalece el vínculo de pareja: compartir el sueño en una postura cercana incrementa la intimidad emocional y refuerza la confianza mutua.
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Favorece un sueño más profundo: el sentimiento de protección y bienestar puede facilitar la conciliación del sueño y prolongar sus fases más reparadoras.
Posibles desventajas de dormir abrazado
Aunque los beneficios son claros, no siempre resulta la mejor opción para todos. Dormir abrazado implica mantener contacto físico prolongado, lo que puede generar incomodidad o interrumpir el descanso si las posturas no son adecuadas.
Algunos inconvenientes comunes incluyen:
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Aumento de la temperatura corporal: el calor corporal compartido puede provocar sudoración o despertares nocturnos.
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Problemas de postura: si una persona duerme en posición forzada o con el cuello torcido, puede despertar con dolores musculares o rigidez.
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Menor libertad de movimiento: al estar en contacto constante, el cuerpo puede sentirse restringido, afectando el descanso profundo.
Por estas razones, muchos expertos recomiendan abrazar al inicio del sueño y separarse ligeramente durante la noche, permitiendo que ambos cuerpos mantengan una temperatura y postura óptimas.
¿Qué dicen los especialistas sobre dormir acompañado?
Los investigadores del Sleep and Human Health Institute han encontrado que las personas que duermen acompañadas tienden a tener una mejor calidad de sueño, especialmente cuando la relación es estable y emocionalmente positiva.
Sin embargo, cuando existe tensión o estrés en la pareja, dormir juntos puede generar el efecto contrario, aumentando la inquietud y dificultando el descanso.
La clave está en la armonía emocional: el abrazo nocturno es beneficioso si ambos lo disfrutan y se sienten cómodos con el contacto físico.
Recomendaciones para dormir abrazado sin afectar la salud
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Escoge una postura cómoda: la “cucharita” es una de las más populares y ergonómicas, ya que permite cercanía sin presionar articulaciones.
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Regula la temperatura: utiliza ropa ligera o mantas delgadas para evitar el exceso de calor.
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Cuida el espacio personal: es importante que ambos miembros tengan movilidad durante la noche.
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Escucha a tu cuerpo: si despiertas con molestias, alterna entre dormir abrazado y dormir separado.
Conclusión
Dormir abrazado a alguien puede ser muy saludable tanto para el cuerpo como para la mente, siempre que exista comodidad y armonía emocional.
El contacto físico nocturno libera oxitocina, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo, pero si interrumpe el descanso o genera incomodidad, no debe forzarse.
Cada pareja o persona debe encontrar su propio equilibrio entre cercanía y descanso, priorizando siempre la calidad del sueño y el bienestar mutuo.
