La sobreexposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol puede resultar en una dolorosa quemadura de sol. También puede llevar a muchos otros problemas serios de salud como el cáncer de piel, el envejecimiento prematuro de la piel, las cataratas y otros daños a los ojos y a la supresión del sistema inmunológico. Las personas de cualquier edad y tonos de piel deben limitar la cantidad de tiempo que pasan al sol. En especial, evite estar al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Tampoco se exponga a otras fuentes de radiación UV, como las camas de bronceado. Tenga en cuenta que los rayos UV se reflejan (rebotan) en la arena, el agua, la nieve y el hielo y atraviesan el parabrisas del automóvil y las ventanas. Aunque el cáncer de piel es más frecuente en las personas con piel más clara, el cáncer de piel se presenta en personas con cualquier tono de piel, incluso si tienen la piel oscura.
El cuidado de la piel contra los rayos del sol es muy importante, especialmente en regiones donde la exposición solar es alta y más durante estas épocas del año donde la radiación solar es más intensa.
Algunos consejos y cuidados básicos para proteger la piel de los efectos nocivos del sol incluyen:
Uso de protector solar: Aplicar protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) adecuado para su tipo de piel antes de salir al sol y volver a aplicarlo cada dos horas o después de nadar o sudar.
Evitar la exposición directa al sol: Tratar de permanecer en la sombra durante las horas de mayor intensidad solar, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
Vestimenta adecuada: Usar ropa que proporcione protección contra los rayos UV, como camisas de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha.
Gafas de sol: Utilizar gafas de sol con protección UV para proteger los ojos y la piel alrededor de ellos.
