El agua es esencial para la vida y para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Sin embargo, muchas veces no se le da la importancia suficiente a una hidratación adecuada. Diversos estudios han demostrado que la falta de agua no solo afecta la salud física, sino también el estado mental y emocional, contribuyendo al aumento del estrés y la ansiedad.
La relación entre hidratación y estrés
El cuerpo humano está compuesto en un 60 % de agua, por lo que incluso una deshidratación leve puede generar alteraciones en el organismo. Cuando los niveles de líquidos disminuyen, el cerebro recibe señales que afectan la producción de hormonas relacionadas con el bienestar, como el cortisol, directamente vinculado con el estrés.
Efectos de la deshidratación en el estado emocional
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Aumento del cortisol
La falta de agua eleva la producción de cortisol, la hormona del estrés, lo que incrementa la sensación de tensión física y mental. -
Disminución de la concentración
El cerebro necesita agua para mantener un flujo sanguíneo óptimo. Sin suficiente hidratación, se experimentan dificultades de memoria, concentración y toma de decisiones. -
Cambios en el estado de ánimo
La deshidratación puede generar irritabilidad, cansancio y sensación de ansiedad, afectando la estabilidad emocional. -
Fatiga generalizada
Al no recibir suficiente agua, los músculos y órganos no funcionan correctamente, lo que produce agotamiento y aumenta la percepción del estrés.
¿Cuánta agua se debe consumir al día?
La cantidad recomendada puede variar según la edad, el peso y la actividad física, pero en promedio:
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Mujeres: entre 1.5 y 2 litros diarios.
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Hombres: entre 2 y 2.5 litros diarios.
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Climas cálidos o ejercicio intenso: se recomienda aumentar la ingesta para compensar la pérdida de líquidos.
Estrategias para evitar el estrés por falta de hidratación
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Beber agua a lo largo del día, no solo cuando se siente sed.
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Sustituir bebidas azucaradas por agua o infusiones naturales.
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Incorporar frutas y verduras ricas en agua, como sandía, pepino o naranja.
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Llevar siempre una botella de agua en el trabajo, el estudio o durante los viajes.
La falta de agua sí contribuye al estrés, ya que afecta procesos cerebrales, hormonales y físicos que influyen directamente en el bienestar. Mantener una hidratación adecuada no solo previene problemas de salud, sino que también ayuda a controlar la ansiedad, mejorar la concentración y mantener un mejor estado de ánimo.