¿CUÁL ES EL PRIMER ALIMENTO SÓLIDO RECOMENDADO PARA UN NIÑO?

La introducción de los alimentos sólidos en la dieta de un bebé es un paso importante para su desarrollo nutricional y emocional. Muchos padres se preguntan cuál debe ser el primer alimento sólido ideal para ofrecer a su hijo, ya que este proceso influye en su crecimiento, digestión y aceptación de nuevos sabores.

¿Cuándo iniciar los alimentos sólidos?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan iniciar la alimentación complementaria a partir de los 6 meses de edad, siempre y cuando el bebé muestre señales de estar listo, como:

  • Capacidad para mantenerse sentado con apoyo.

  • Control de la cabeza y el cuello.

  • Disminución del reflejo de extrusión (empujar la comida con la lengua).

  • Interés por los alimentos que comen los adultos.

El primer alimento sólido recomendado

El primer alimento sólido que se recomienda dar a un niño suele ser cereales fortificados con hierro, especialmente aquellos a base de arroz o avena. El hierro es un nutriente esencial en esta etapa, ya que las reservas naturales del bebé comienzan a disminuir alrededor de los 6 meses.

Otras opciones adecuadas como inicio

Además de los cereales, algunos pediatras sugieren iniciar con:

  • Puré de verduras suaves: como zanahoria, calabaza o camote.

  • Frutas blandas en puré: como plátano, manzana cocida o pera.

  • Legumbres en puré: como lentejas bien cocidas y coladas.

Todos los alimentos deben ofrecerse en pequeñas cantidades, con textura suave y de forma progresiva.

COSAS QUE HACEN LOS NIÑOS FELICES

Recomendaciones importantes al introducir sólidos

  1. Un alimento a la vez: para identificar posibles alergias o intolerancias.

  2. Texturas adecuadas: empezar con purés finos y avanzar hacia consistencias más gruesas según la edad.

  3. Sin sal ni azúcar añadida: el sistema digestivo y renal del bebé aún es inmaduro.

  4. Seguridad ante alergias: introducir alimentos potencialmente alergénicos (como huevo o pescado) bajo supervisión pediátrica.

  5. Mantener la lactancia materna o fórmula: sigue siendo la principal fuente de nutrición hasta el primer año.

El primer alimento sólido recomendado para un niño suele ser el cereal fortificado con hierro, aunque también son adecuados purés de frutas o verduras suaves. Lo más importante es ofrecerlos de manera progresiva, con paciencia y bajo la guía del pediatra. Este proceso no solo aporta nutrientes esenciales, sino que también introduce al bebé en el descubrimiento de sabores y texturas que marcarán su relación con la comida.

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